miércoles, 8 de junio de 2016

Actos voluntarios e involuntarios

ACTOS VOLUNTARIOS Y REFLEJOS

Actos reflejos o involuntarios:
    Son rápidos, automáticos y se realizan sin la acción directa del cerebro. En un acto reflejo, la información sensitiva solo llega a la médula espinal, por lo que la respuesta es automática. Son los que se realizan cuando se necesita una respuesta rápida, como quitar la mano cuando nos quemamos o nos pinchamos con algo. 
    La rapidez se debe a que el impulso nervioso recorre el camino más corto posible. Desde el lugar donde se recibe el estímulo (receptor) hasta el efector, a través de un circuito neuronal muy simple denominado arco reflejo. Para realizar un arco reflejo se necesitarán, como mínimo, un receptor, una neurona sensitiva, una neurona motora y un efector. Entre la neurona sensitiva y la motora existen una o varias neuronas intercalares (neurona de asociación) alojadas en la médula espinal mediante el sistema somático.

Actos voluntarios:
     Los actos voluntarios son variados, cambiantes, y más elaborados que los reflejos, y a diferencia de los actos reflejos, en los voluntarios participa el cerebro. Se realizan de un modo consciente y se controlan voluntariamente.
 Un acto voluntario tiene las siguientes partes:
·Un receptor capta un estímulo. Esta información se transmite por los nervios sesitivos hasta las astas dorsales de la médula espinal, y de allí subirá hasta el bulbo raquídeo.
·En el bulbo raquídeo, la información que llega desde el receptor, se transmite hacia el hemisferio cerebral opuesto al del lado de receptor que ha captado el estímulo.
·En la corteza cerebral, esta información se hace consciente y se elebora la respuesta.
·La respuesta originada en la corteza cerebral , se envía a los efectores a través de las astas ventrales de la médula espinal, que serán los encargados de ejecutarla.

     El sistema nervioso autónomo regula las actividades que no están bajo control consciente. Estas funciones involuntarias incluyen la regulación del flujo de sangre, el sudor, la digestión y muchas otras. El sistema nervioso autónomo trabaja en estrecha colaboración con el sistema nervioso somático. Por ejemplo, se utiliza el sistema nervioso somático para participar en una actividad física voluntaria, como correr. Una vez que empiezas a correr, tu sistema nervioso autónomo se activa para acelerar el ritmo cardíaco y la respiración, aumentar el flujo de sangre a los músculos y disparar las glándulas sudoríparas. No todos los actos voluntarios son consecuencia de la recepción de un estímulo externo, ya que se pueeen producir directamente en la corteza cerebral sin la necesidad de un estímulo externo.

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